Mensaje al pueblo durante la ceremonia de investidura del 21º presidente Lee Jae-myung
- División de Comunicación de Medios
- 06-04-2025
Mensaje al pueblo durante la ceremonia de investidura del 21º presidente Lee Jae-myung
Queridos y estimados ciudadanos: Lee Jae-myung, 21º presidente de la República de Corea, ea quien ustedes han elegido, quisiera saludarlos.
Me encuentro aquí con un infinito sentido de responsabilidad y una enorme gratitud. Con los 52 millones de ciudadanos, con sus aspiraciones y deseos, estoy dando un primer paso para lograr una República de Corea verdaderamente democrática como el 21º presidente de la República de Corea.
Nos espera un gran futuro. Es hora de revitalizar la vida de las personas que tienen terribles dificultades, restablecer el crecimiento y crear un futuro en el cual todos podamos ser felices.
Es hora de reconstruir la seguridad y la paz, reducidas por conflictos políticos, la vida y la economía, destruidas por la irresponsabilidad, la democracia derrumbada por vehículos blindados y rifles automáticos.
Es la hora de construir un puente de convivencia, reconciliación y solidaridad para eliminar el odio y la confrontación que nos divide, y abrir una nueva era de felicidad del pueblo plena de sueños y esperanza.
Como dijo el escritor Han Kang, el pasado ayudó al presente y los muertos salvaron a los vivos. Ahora nos toca a nosotros convertirnos en el pasado del futuro y salvar a nuestros descendientes.
Yo mismo se lo prometo al pueblo.
Voy a responder al severo mandato de llevar esperanza a las significativas y profundas heridas y al ferviente deseo de crear una nación completamente nueva.
Independientemente de a quién hayan apoyado en estas elecciones presidenciales, me convertiré en un "presidente para todos" que incluya y responda a todo el pueblo, acorde a la otra intención del presidente de unirlos firmemente.
La República de Corea, hoy también, está escribiendo una nueva historia.
El único país, entre aquellos liberados del dominio colonial, que se ha industrializado y democratizado con éxito, ostentando la décima economía y la quinta potencia militar más grande del mundo, y lidera la cultura mundial con la cultura K.
Esta orgullosa nación oriental abre ahora un nuevo capítulo en la historia de la democracia y reduce, con un garrote en la mano, un golpe militar llevado a cabo por el hombre más poderoso.
El mundo entero está observando con asombro el gran proceso de la República de Corea y las grandes capacidades del pueblo coreano.
La Revolución de la Luz de Cinco Colores, “K-Democracy”, se ha convertido en un claro ejemplo para los ciudadanos de todo el mundo que buscan una nueva forma de avanzar para superar una democracia en crisis.
Mis queridos ciudadanos, nos encontramos ahora en un punto de inflexión de grandes cambios.
El viejo orden está en decadencia y un nuevo orden, una gran transformación en la historia de la civilización, está en curso.
Ha comenzado una era de avances tecnológicos sin precedentes y una nueva civilización, una era de competencia ilimitada en materia de inteligencia artificial en la cual todo cambia en un abrir y cerrar de ojos.
La crisis climática amenaza a la humanidad y obliga a una gran transformación industrial. Los rápidos cambios en el orden internacional, como la expansión del proteccionismo y la reorganización de las cadenas de suministro, amenazan nuestra supervivencia.
Si lideramos el cambio y nos adelantamos a este cambio en vez de dejarnos arrastrar por él, podemos disfrutar de infinitas oportunidades. Pero, lamentablemente, en este momento crítico, nos enfrentamos a una crisis compleja instaurada en múltiples capas en todas las áreas de nuestra vida, economía, diplomacia, seguridad y democracia.
No solo el presente sino también el futuro de la República de Corea están amenazados.
Serán necesarios sudor, lágrimas y una paciencia que es difícil siquiera imaginar para salvar las vidas de las personas que están exhaustas, restaurar la democracia y la paz, el crecimiento y el prestigio nacional derrumbado. Pero, como una rosa de junio que florece para ver el sol incluso bajo un muro que no ve el sol, nuestro pueblo ha encontrado un camino a seguir incluso en medio del caos y la desesperación.
No me voy a detener, siguiendo la voluntad del pueblo que es mi principio rector, incluso si eso implica superar dificultades y sortear obstáculos. Comenzaré por restaurar los medios de vida de los ciudadanos y reactivar la economía. Comenzaré por restaurar la vida del pueblo y reactivar la economía. Activaré de inmediato el Grupo de Trabajo de Reacción Económica de Emergencia con la determinación de combatir la recesión. Reactivaré el círculo virtuoso de la economía mediante el uso de finanzas nacionales como catalizador.
El gobierno del Partido Democrático, liderado por Lee Jae-myung, será ahora un gobierno justo, unificado y flexible y práctico.
La integración es un signo de competencia, la división es un signo de incompetencia. Sólo las fuerzas políticas que no tienen ni la capacidad ni la voluntad de cambiar la vida del pueblo, lo dividen y siembran el odio para continuar en el poder. Seré un presidente que ponga fin a la política de división. Superaré la crisis con el impulso de la unidad nacional.
Restauraremos lo que se ha perdido y destruido con la rebelión, como el bienestar de los ciudadanos, la economía, la seguridad, la paz y la democracia, y crearemos una sociedad que crezca y se desarrolle de manera sostenible. La rebelión que usurpó la soberanía del pueblo con las armas que este le había confiado no debe volver a repetirse nunca más. Investigaremos a fondo la verdad, pediremos a los responsables que rindan cuenta e implementaremos medidas firmes para evitar que se repita. Restauraremos la comunicación y el diálogo en base a los valores de la coexistencia y la integración, y daremos un nuevo impulso a la política de compromiso y concesiones.
Dejaremos la vieja ideología en el museo de historia. De ahora en adelante, no habrá problemas de progresismo. De ahora en adelante, tampoco habrá problema de conservadurismo. Sólo existirán los problemas del pueblo y de la República de Corea.
Si fuera necesario y beneficioso, aplicaré tanto la política de Park Chung-hee como la de Kim Dae-jung, sin distinción. El gobierno de Lee Jae-myung será un gobierno pragmático y orientado al mercado. Será un gobierno que apoye y promueva, no un gobierno que controle y gestione.
Cambiaremos la normativa con un enfoque negativo para garantizar actividades corporativas creativas y proactivas. Brindaremos un sólido apoyo a los empresarios para que puedan crear empresas, crecer y competir en el mercado global con plena libertad.
Nunca permitiremos que se obtengan beneficios al violar las normas ni que se sufra perjuicios por cumplirlas, cuando ello constituya una amenaza para la vida y la seguridad de los ciudadanos, los derechos legítimos de los trabajadores, la opresión injusta a los más débiles o la amenaza al orden del mercado mediante prácticas comerciales desleales, como la manipulación del mercado bursátil.
La innovación y el nuevo crecimiento solo son posibles en un país en el cual se garanticen las condiciones básicas de vida de todos los ciudadanos y en el cual se pueden afrontar desafíos peligrosos con una sólida red de seguridad social. Los Para poder prosperar deben crecer tanto las personas como la nación.
Convertiremos la crisis de la transformación del entorno económico y de seguridad mundial en una oportunidad para maximizar los intereses nacionales a través de una diplomacia pragmática centrada en los intereses nacionales.
En base a la sólida alianza entre la República de Corea y EE. UU., reforzaremos la cooperación entre ambos países y abordaremos las relaciones con los países vecinos desde una perspectiva de interés nacional y de una manera práctica. Expandiremos el territorio económico de la República de Corea al ampliar el horizonte diplomático y fortalecer nuestro posicionamiento internacional.
Queridos ciudadanos, la gran revolución de la luz nos exige trascender el fin de la guerra civil y construir una nueva nación esplendorosa. Cumpliremos solemnemente el mandato del pueblo para construir una nueva nación plena de esperanza.
En primer lugar, crearemos un país en el cual el pueblo sea el dueño, tanto en el la práctica como en la realidad. La República de Corea es una república democrática, y la soberanía reside en el pueblo coreano. Crearemos una verdadera república democrática en la cual la voluntad soberana del pueblo se refleje en los asuntos del estado en todo momento, y mantendremos una comunicación fluida con los ciudadanos en todo momento y lugar. Perseguiremos con firmeza las principales tareas de reforma social reunidas en la Plaza de la Luz.
En segundo lugar, crearemos un país que vuelva a crecer y desarrollarse enérgicamente. La desigualdad de oportunidades y recursos se profundiza, y el círculo vicioso en el cual las brechas y la polarización obstaculizan el crecimiento continúa. Debido al bajo crecimiento, disminuyen las oportunidades, en lugar de competir por la supervivencia, lo único que queda es una guerra en la que uno tiene que morir otro para que otro pueda sobrevivir. Los jóvenes, impulsados a una competencia extrema, han llegado a un punto en el que se enfrentan entre sí. Una sociedad desigual, en la cual el hecho de no ser competitivo significa la muerte, se ha combinado con políticas de división, lo que genera a un extremismo que amenaza la supervivencia de la sociedad.
Crear nuevos motores de crecimiento y compartir oportunidades y resultados de crecimiento de manera justa abrirá las puertas a un mundo mejor. Al igual que los esfuerzos de la generación de nuestros padres, que vendieron sus campos y arrozales para educar a sus hijos a pesar de su pobreza, crearon la República de Corea que hoy conocemos, el gobierno dará un paso hacia adelante para preparar, apoyar e invertir en el futuro. Daremos un salto hacia una potencia industrial que liderará el futuro a través de inversiones y apoyo a gran escala en industrias de tecnología de vanguardia como la IA y los semiconductores.
Conforme a la tendencia global de respuesta a la crisis climática, realizaremos una rápida transición hacia una sociedad centrada en las energías renovables. Además de fortalecer la competitividad empresarial mediante la sustitución de importaciones de energía y la preparación para el RE100, protegeremos las zonas locales en peligro de extinción mediante la construcción de una significativa autopista energética para que se pueda producir energía renovable en todo el país.
En tercer lugar, crearemos un país en el cual todos puedan convivir en armonía. La República de Corea, que carecía de recursos, logró crecer hasta convertirse en la décima economía más grande del mundo mediante una estrategia de desarrollo desequilibrada que centraba la inversión en determinadas regiones, empresas y clases. Sin embargo, ahora esta estrategia de crecimiento desequilibrado está mostrando sus límites, y la polarización causada por la desigualdad obstaculiza el crecimiento.
A fin de lograr un crecimiento sostenible, debemos cambiar de manera radical nuestra estrategia de crecimiento y desarrollo. Debemos avanzar hacia un desarrollo equilibrado, una estrategia de crecimiento justo y una sociedad justa.
Debemos alejarnos de la concentración en el área metropolitana y buscar un desarrollo nacional equilibrado, crear un ecosistema industrial en el cual las pequeñas, medianas y grandes empresas, las empresas emergentes y las startups cooperen de manera orgánica, y avanzar hacia una sociedad justa en la cual desaparezcan los privilegios y el las preferencias. Compartir de manera equitativa las oportunidades y los frutos del crecimiento es fundamental para lograr un crecimiento sostenible. Al igual que el crecimiento y la distribución no son contradictorios, sino complementarios, el desarrollo empresarial y el respeto por el trabajo pueden coexistir perfectamente.
En cuarto lugar, crearemos un país en el cual florezca la cultura. "Lo único que anhelo infinitamente es el poder de la alta cultura". El sueño de Baekbeom Kim Gu se está haciendo realidad.
Desde el K-pop hasta los K-dramas, pasando por las K-películas, la K-belleza y la K-comida, la cultura coreana cautiva al mundo. La cultura es economía y la cultura es competitividad internacional.
Debemos conectar el auge internacional de la cultura coreana con el desarrollo de la industria cultural y la creación de empleos de calidad. Seguiremos desarrollando la industria cultural en Corea.
Nos convertiremos en una potencia cultural que reescribirá los estándares mundiales de contenido mediante el apoyo activo a la cultura y las artes, y nos convertiremos en una de las cinco principales potencias mundiales en materia de software.
En quinto lugar, crearemos un país seguro y pacífico. La seguridad y la paz son condiciones indispensables para lograr la felicidad nacional. La seguridad es el sustento y la paz es la economía. Identificaremos claramente la verdad detrás de desastres sociales como el desastre del ferry Sewol, el desastre de Itaewon y el desastre del túnel subterráneo de Osong, y construiremos una sociedad segura en la cual las vidas y los bienes del pueblo no se vean amenazadas.
Sanaremos las heridas de la división y la guerra, y diseñaremos un futuro de paz y prosperidad. Por muy costosa que sea la paz, es mejor que la guerra. Es mejor ganar sin luchar que ganar luchando, y la paz sin luchar es la mayor garantía de seguridad.
Con un presupuesto de defensa que duplica el PIB de Corea del Norte y la quinta potencia militar más grande del mundo, nos prepararemos para las armas nucleares y las provocaciones militares de Corea del Norte con una fuerte disuasión en base a la alianza militar entre la República de Corea y Estados Unidos, y al mismo tiempo abriremos un canal de comunicación con Corea del Norte y promoveremos la paz en la península de Corea a través del diálogo y la cooperación.
Restauraremos el honor y la confianza pública de los militares que se vieron socavados por la ley marcial ilegal, y garantizaremos que los militares nunca más se movilicen con fines políticos.
Estimados y respetados ciudadanos:
A pesar de haber pasado por innumerables crisis que nos pusieron entre la vida y la muerte, he llegado hasta aquí aferrándome a la confianza del pueblo y he seguido el camino que me han marcado.
Ahora, seguiré con la misión encomendada por el pueblo y encontraremos la esperanza. Nuestro pueblo ha sido fuerte cuando estaba unido, y cuando estaba unido, ha superado todo tipo de adversidad.
Se estableció el gobierno provisional de la República de Corea en respuesta a la tiranía del imperialismo japonés a través del Movimiento del 1 de marzo, y la industrialización que sorprendió al mundo se logró a pesar del dolor de la división y las ruinas de la guerra.
Hemos recuperado la democracia al enfrentarnos a una dura dictadura y recuperamos la soberanía del pueblo a través de dos hermosas revoluciones pacíficas sin precedentes en la historia mundial.
Con esta gran capacidad de nuestro pueblo, no hay crisis que no se pueda superar.
Un país que lidera el mundo con el poder de una cultura sublime, un país que lidera el cambio con tecnología avanzada, una República de Corea que se convierte en un modelo para el mundo con una democracia ejemplar. Todo lo que haga nuestra República de Corea, se convertirá en un estándar para el mundo.
Estimados ciudadanos:
El objetivo de la recuperación y el crecimiento es, en última instancia, la felicidad del pueblo, que es el dueño de esta tierra. Creemos una verdadera república democrática en la cual todas las capacidades nacionales se utilicen plenamente para el bien de los ciudadanos.
Más allá de las pequeñas diferencias, reconozcámonos y respetémonos unos a otros y avancemos juntos hacia un país en el cual el pueblo sea el dueño, un país en el cual el pueblo sea feliz, una verdadera República de Corea.
Ustedes, los ciudadanos que resistieron la rebelión que utilizó el poder estatal y abrieron un mundo de esperanza con una hermosa luz son los protagonistas de este proceso histórico.
Como fiel servidor del pueblo soberano de la República de Corea y, como representante responsable de la vida de 52 millones de ciudadanos y del futuro del país, cumpliré fielmente con la responsabilidad que me fue encomendada como 21.º presidente.
Muchas gracias.
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